viernes, mayo 19, 2006
HABLAR DE AMOR
Digo que soy inevitable enamorado
El amor se vive en angustias eternas donde yacen las semillas de las formas
En la grieta vertiginosa del capricho
Digo que no puedo soportar la belleza
-Las imágenes-
Cada cosa se ensarta como un vendaval de plumas
en un esqueleto de miel
Digo que cuando el amor
está dormido
caigo en el absurdo.
Digo que intento entrenar para el vacío en el largo zaguán de la vida
Digo que me faltan ganas por que el amor me ausculta
Que del mundo solo la música me adviene
Hablo no más que del amor
(eso que no es de nadie ni de algo)
surtidor de los estómagos.
Del Libro Matando Segunderos (1998-2005) Iván Vargas.
jueves, mayo 18, 2006
POEMA HUMANO
“Instrumento de tu cuerpo es también tu pequeña razón, hermano mío, a la que llamas espíritu, un pequeño instrumento y un pequeño juguete de tu gran razón”
Nietzsche, Así Habló Zaratustra.
Quiero ser un hombre perfectamente humano:
Carne, huesos, ojos contra el aire,
el movimiento de la calle,
la lámpara encendida,
la palabra dicha; simplemente.
Quiero ser lo suficientemente inteligente.
Es decir medianamente inteligente.
Abrir mi abrigo de carne y sacar
un tubo desde el pulmón.
Dejar entrar así la ráfaga de cada
sentido, en presencia de lo bello.
Quiero encarnar la naturaleza errante
y mongólica del tambaleante animal.
Golpearme contra los bordes del mundo
como una paloma ciega en al autopista.
El grito, como el adjetivo más bello
El concepto más lucido: saliva derramada.
La lágrima como el discurso más auténtico.
Mentira: escultora de lo real.
En la gracia de la suciedad salvaje
-elegancia fina-
hallarse inmerso
de repente en el mundo
de las hienas poéticas.
Las que tragan la carroña del mundo
y compiten con los buitres
del facilismo aéreo,
y los leones ebrios:
héroes del ridículo.
De Matando Segunderos(1998-2005) Iván Vargas
Lluvia de Rostros
Una gota cae
pero no tiene tacto
pues su materia se desprende
de los párpados.
Otra baja por los tubos
(son las gotas viandantes de los aluminios).
Su misión: ser la arquitectura
de la oscuridad.
Hay otras, sensatas
-las meditabundas-
las que yacen cavilantes
en las hojas,
como escondiéndose, detrás de un biombo,
de un extraño calor.
Hay aquellas que tienen el valor de correr
sobre las mejillas, esas
son de viento,
son el centro
del alma
(recogidas en una mano trasparente
es como si empuñaran
el olvido).
Hay esas, que corren por el piso
-las terrenales-
como si temiesen caer
en un abismo
(aquellas que uno quisiera ver volar
cuando se pasea los túneles de las baldosas).
Pero hay más:
Aquellas que disfrazan los calurosos mediodías
con saliva.
Aquellas que se bifurcan en pliegues de fonemas
(las que nos nombran).
Aquellas que sonríen así
al verso,
a la escritura de frases mojadas
con el tintero de la boca
(al borde de la lengua
salen a encontrarse enamoradas de la lluvia).
Del Libro Matando Segunderos, 1998-2005
miércoles, mayo 17, 2006
CUADRO CON PAISAJE
Hay días tan frágiles tan frágiles
que se me llena la boca de tinta
y en las pestañas el aire se torna iridiscente
Tan frágiles a veces son los días,
me van dando golpecitos de paloma,
en cada esquina me voy atropellando.
Fragilidad que se tuerce y me rodea.
Con su airecito de escarcha,
de colores me tiñe,
Renoir me pinta con el aire.
Mi pecho se vuelve plastilina.
Algún niño invisible reside en mis costillas.
Con mis fantasías,
moldea figurillas la memoria infante.
Sobre mi, dando un gran salto,
salta un día frágil en mi cuerpo
me bordea con su aroma, y su chorro de visiones
Todo tiempo finito se extiende
en perfumes de mujer.
La fragilidad se disfraza de si misma.
De Matando Segunderos 1998-2005.
lunes, mayo 08, 2006
SER
Cómo es de lindo resolverse.
Salir herido de la lucha.
De repente guardar el dolor
en el bolsillo para otra ocasión.
Encajar en el mundo,
despegarse de la contingencia.
Permanecerse, obnubilarse, perderse.
Iluminarse el alma con la luz que da en los ojos,
acertar una palabra en el espacio.
Cargar el cuerpo como se sostiene un sueño.
Privilegiar la soledad.
Nunca sentirse realizado,
siempre en el envase de lo extraño.
Encontrar lo misterioso.
Vivir los charcos, los perros, y las calles.
Saber cuando fracasar
Aferrarse sin adoctrinarse.
Que aventura esta de ser uno mismo
Sangre efervescente
permanente demencia del más allá.
De Matando Segunderos
viernes, mayo 05, 2006
PANÓPTICO
Supongo que para mirar debemos tener virtudes especiales
Cierto tacto en medio de la risa.
Cierta erupción de valentías que se esparcen el brazo.
Decir: hola y por fin prolongar esa alma de irreverencia y seguridad tantas veces autosusurrada, untada de palabra.
Supongo que se debe ser un trapecista idílico de los temblores en el cuerpo.
Un deportista del disimulo.
Tener coordinación en un momento en que las partes del cuerpo son como los granos de azúcar.
Supongo que se debe saber mirar con la vocación infranqueable de las lechuzas y sonreír sin evocar al tonto payaso de los circos gitanos.
Imagino que debe saberse la técnica de guarecerse debajo de los huesos.