lunes, octubre 16, 2006

VARIACIONES DEL DEGRAEGO

Rene Magritte, el arte de vivir, 1967

Por qué si al bajar de las fantasmagorías del ego, la caída ya se avanza.
Por qué si el fantasma del poder ya deja de ser tan importante.. por qué no descender como esa ya famosa pluma que cae en todos los países..
Si el licor, embrujo y creencia pasajera, del que se cree dueño del destino... simplemente se ablanda..
Entonces por qué no ser simple y llanamente como una herida
Una cosa frágil... por qué no ser tan bellamente vulnerable..
Mirar el horizonte, recuperar esas acrobacias tácticas de la conmoción de todo
Por qué no albergar esos días frágiles en el estómago.. por que no simplemente dejarse llevar sin conformarse..
Por qué no experimentar la renuncia que solo abona un territorio de semillas
Por qué no decir las cosas como son al saber que tal vez no son así
Por qué no abrigarse, empaparse, entristecerse..
Por qué no mirar al otro sin necesidad de querer siempre dominarlo, poseerlo, atravesarlo.
Por qué no dejarse llevar por esta anáfora por siempre..
Si es gris el horizonte
Si todo se abarca y se reduce en un tanteo del tiempo
Si aun siendo un mal ateo los dioses dan lecciones
Si aun se quiere como el insecto que copula al Tulipán
Por qué no reducirse, adentrarse, ponerse pieles invisibles
Somos carne que vive desde dentro, y las vísceras se alargan de palabras
Somos homenaje de cosas simples desde el intestino que se abruma
El dialogo eterno de la boca con el páncreas se vuelve alfabeto del alma
Una nube se atraganta en los ojos como un conejo sediento
Un mediodía no cabe en la cintura y a veces crece panza con el sueño
El calcio de los huesos es veneno que mata los poros del aire y los desata como hilos de la lluvia.
Todo sabor palpita, el aceite de oliva se vuelve elixir de una eterna juventud de la sonrisa.
Todo roce se reproduce como una peste honda que invade un tapete estremecido.
El frío tiene secretos lenguajes que enseñan todo del mundo y vivimos a veces del engaño fácil del verano.
Si todo esto existe para el que puede verlo.. para que el poder, para que los ornamentos.
Estar debajo del poder, no de ese que ya se tuvo sino del que siempre se quiso.
Digo que fui soberbio y no me importa admitirlo. Digo que alcé entre las barras de dulce repugnante el brazo del sabelotodo, la vara del que se siente dueño, la cobarde frialdad. Digo que fui un niño y luego un superhombre mintiéndose a sí mismo, y ahora desciendo tranquilo, por que los adjetivos me lo permiten sin vergüenza.
Caí en las necesidades fáciles, me entregué a una frivolidad vestida de inteligencia..
Ahora me miro y trato de recordarme. El espejo ya no es vidrio narcisista, es una bella crisis, una honda añoranza, un yoga rosado en los pulmones.
Miro y el ego es solo una palabra, es un algo que se posó sobre una condición, y ahora quiero ser noble sin ser un santo.
Miro y respeto mi brillo vulnerable, mis ganas de llorar, mi asco al exceso de seguridad.
Miro allí en ese rostro blanco como una nieve de venas, vellos y barbas, y me alegra no tener cicatrices del resentimiento.
Me alegra saber que no soy útil a la sociedad pero no un mediocre.
Me alegra no tener altares a la experiencia, pues vivo mil cosas en un solo momento; el mundo me afecta como una avalancha salada y solo puedo escribir una mínima parte de la riqueza de sabores.
Si cuando el ego vuelve a su posición natural, en algún lugar del corazón, se ama el silencio, se ama el negro que dejan los párpados cuando se cierran y se ama la imaginación.


Sep / 06

jueves, septiembre 21, 2006

EL CENTINELA

Mural de Henry Matisse

in memorian María Castro



Me siento desde mi atalaya viendo como partes.
Al principio, en la terraza no tenía nada.
Ni sillas, ni mesas, ni luz para presenciar la despedida.
Desnudo y miserable me raspaba las rodillas
viéndote a lo lejos.

Poco a poco, en medio de mi indigencia, he ido adornando
mi torre como un penthouse.
Haciéndome cobijas con los versos,
alfombrando la estancia con las deshojadas margaritas.
Haciéndome los muebles con los cuadros y los libros.
Poniéndome la música con los grillos.
Llamando al foco de la luna con aullidos.

También he hecho vino con mis lágrimas:
Cada día que pasa se añeja más.
Pronto haré cigarrillos con tus cartas
Y me sentaré a fumarte poco a poco,
mientras tu silueta se pierde en la penumbra.

Me quedaré viendo, en mi sillón nostálgico,
tu desaparición; tu adiós de sulfúrica espalda,
tu entrada cobarde y resignada al laberinto de dédalo.
Entonces, me beberé el dolor, me fumare tu historia.
-el olvido-

Cuando ya no pueda verte más
- como estos días de batalla -
ya no habrá más esperanza, ni más pasado;
todo lo que un hombre sólo y lleno de amor le talla
como piel de lagarto.

Daré la mano a los espejos
Besaré las hojas.
Copularé en la pluma.
La luna me dará ternura.

Me siento desde mi atalaya a presenciar
tu despedida.
Cada día un insignificante metro:
en la competencia absurda, soy fanático del caracol
y no de la gaviota.
Por ahora, soy la mala fe del hincha apasionado


Me quedo a ver, a asegurarme,
desde la torre de los días, que ya nunca más vuelvas.
Cuando te esfumes mis amigos subirán por la escalera
para hacerme una fiesta.
Sonreirán
llorarán a un mismo tiempo
de verme libre
con la condena a mi mismo.

del Libro: “Matando Segunderos” (1998-2004) por Iván Vargas.
Copyright

sábado, agosto 26, 2006

GUÍA EN PROSA PARA ESCUCHAR JAZZ

pintura: Sanat Resimleri
I
Un saxofón es un molino donde la
carne se vuelve harina de lenguajes.
El piano como sudario de las manos,
el aliento que salta entre acordes y violentas sutilezas espontáneas.
Música del error, los nervios, la trémula seguridad.
Cuando algún dios remueve las conciencias
con hondas advertencias lo hace con voz de contrabajo.
En las fiestas de todos los cielos y todos los infiernos suena el Bebop.
En los casamientos de todas las deidades suena un Swing.
Desde Nueva Orleáns, Cristo ya no escucha a Bach.
Ni el Brahmán sus cítaras.
El Ying Yang es tan solo el ritmo y las escalas.
Todos los dioses, fantasmas, fuerzas mágicas, duendes, patasolas se pueden invocar con música de Coltrane.
Los milagros suenan como una big-band.
Cuando un romance es amistad pura, Ella y Louis celebran en el fondo.
La melodía es solo el último recurso
del inmenso abecedario de la música del hombre.
No hay música más humana que la que obliga a un ser-pájaro a no hablar más
con la voz del diccionario.
Trampas al oído, espanta-tontos: la música de Júpiter improvisa frenética
mientras irónica se disfraza de fondo de restaurantes.

II
No eran los germanos gritos orquestales de Wagner
la banda sonora de las tres transformaciones.
Al igual que la vida, que es caos, los llantos del jazz se vuelven
frenéticos, una onda que estremece a la insolente unidad indivisible.
(Charcos de sangre revuelta en las baldosas de un estudio: cuarteto de Jazz).
A veces un diálogo de batería y trompeta
es multiplicidad e individualidad, revueltos en una sopa de verduras expresivas, de especias picantes, de sensaciones agridulces, tentaciones transfiguradoras.
Los sonidos se entrelazan en un juego de creación y destrucción, donde los acordes son el sebo que sale de los brazos.
La guerra, el poder, la lucha; es Piano vs. Bajo.
Es un astillero de octavas que se lanza en ristre contra la cortante batería.
Hombres que se vuelven cobre, dedos de madera, ojos de cuerda, lenguas de aluminio; negros que dejan de ser negros y se vuelven de pronto mensajeros de las entrañas del mundo, los estómagos de los guerreros.
Nunca la música fue tan auténticamente violenta.
Los que tocan jazz son kamikazes que aniquilan sus vidas
estrellando sus instrumentos contra el pecho.
Harakiri de pentagramas olvidados.

III
Cuando se está falsamente triste, Miles Davis.
Cuando se está irremediablemente sensual, Chet Baker.
Cuando se está insoportablemente trascendental, John Coltrane.
Cuando quieras vivir en una película de Woody Allen , Benny Goodman.
Cuando se está ridículamente tierno, Art Tatum.
Cuando se está risueño, Louis Armstrong.
Cuando hablas y nadie te entiende, Thelonius Monk.
Cuando te sientes un romántico frustrado, Charlie Parker.
Cuando se es tan sensible como una herida, Ella Fitzgerald.
Cuando te crees a la vanguardia, Ornette Coleman.
Cuando te crees tan excéntrico, Charles Mingus.
Cuando eres tan melancólico, Sarah Vaughan.
Cuando te sientes tan latino, Arturo Sandoval.
Cuando sientes que tienes alma de jugador, Count Basie.
Cuando eres seductor y te da por los clichés, Les Brown.
Cuando eres un conversador impulsivo, Dizzy Gillespie.
Cuando te sientes tan sublime, Keith Jarrett.
Cuando te crees tan polígamo, Stan Getz.
Cuando eres tan cursi y tan simplón, Kenny G.

domingo, julio 30, 2006

ATARDECER

Foto, Juan Pachón, Bogotá
I
En el ojo tropieza la ciudad
cuando cierro el párpado se desvanece:
parece que algo la cubriera de piel
para no verla desnuda.
Las calles y sus bichos de metal,
las antenas heroicas,
el atardecer que se desmaya
sobre el hormiguero.
Yo detrás del biombo transparente;
hace que el terrible paisaje,
parezca un verso
sobre un viejo mantel.
La tarde duerme
en la habitación del humus.
El viento sopla allá
y yo no siento la borrasca.
Las luces comienzan su despliegue;
No hay quien me salve
a la inminente llegada de la noche.

II
Como un navío desplomado
Rompiendo formas de la mar
se refleja el cielo con mi tinta.
En el espacio,
la mirada se ensucia de material celeste.

Parado en la ventana
me ataca un primate loco,
que juega con las lianas de mi mente;
cada vaivén es un estruendo de recuerdo.
Me farfulla
que la soledad
es el insomnio en la ventana
cuando se contempla.

III

El anochecer se levanta
como un niño que despedaza
un girasol anacoreta.
La tarde se va vertiendo
en galerías de cloacas.
El ultimo sonido de sus pasos
deja una estela en el azul oscuro.

Se ha dormido la luz,
acompañada de su ejército
de cordones de hierro.
Y su ultimo rocío
se sostiene del cordón
de las calles angostas.
Yo voy por estas con las gentes.
Guiados por el sol final
navegamos en su eco estridente,
abrazados a las yemas de su rostro luminoso.
Las aceras son el coliseo
donde las bestias de la noche
obedecen al nuevo Cesar del atardecer

domingo, julio 02, 2006

POEMA QUE YA PASÓ

Photo: Henri Cartier-Bresson

Te saludo Momento
cuando ya no estás.
Con tu movimiento
de escarcha por el aire.
Te alcanzo a ver como
un taxi que pasa por la calle,
y te toco como una brisa auténtica que ya pasó.
Me pregunto,
- ya que a mi lado nunca estas -
¿si eres el mismo,
o si tu rostro me desconoce cuando vuelve?
Si escapas transmutándote en el tiempo
como una cometa rabiosa,
o si llegas a reconocerme
pretencioso y conocido de mi.
Si me conduces hacia el mismo
centro de repeticiones sensoriales
o a distintos trajes tus texturas aman.

Si el poema que me deja,
(Ser- no ser-ser)
se ha deshilvanado en las fibras
forasteras del río.
¿Será que resides en mi,
momento -mío-?
¿que el mundo te sonroja
y vives detrás de la retina?
Tomas al tiempo de los pies,
cuando te da la gana,
lo levantas,
y me golpeas con su cuerpo hirsuto.
(Golpes que me dejan el temblor
de los instantes).
Tu vacío también es mi fortuna,
te despedazo cada vez que mi memoria alcanza,
y en las canas te quedas mutilado.


De Matando Segunderos (1998-2005) por Iván V.

jueves, junio 01, 2006

POEMA DE HOJAS


Hay hojas que se enredan
en los torbellinos de miel
(Son los torbellinos del instante).
donde el aire se endurece
y se convierte en invierno.

Cosquillas se sienten
cuando, como en un corrillo
de insectos,
dibujan letras
locas en el aire.

Pisamos las hojas
debajo de la suela,
sin conocer su viaje.
¿quien tuviera ese poder de viajar
en el incógnito?

También las hay sabias
mostrando sus arrugas
en el cuerpo.
Aplastadas están,
cuando reservan las páginas
de alguna novela.
(Las hijas del cronos vegetal
con su poder de separar las historias por la mitad).

En el cabello de alguna mujer taciturna
una hoja excitada cae de pronto.
- es la hoja del deseo-

La hoja que esquiva a la sequedad
(la solitaria)
desertora implacable de la rama y la savia,
le enseña al viento
a domesticar los papeles,
y al sol a medir la distancia
de las estaciones.

Antropomorfas son a veces
- enamoradas hojas -
que se posan sobre los cuerpos
y se cuelgan como un infante sobre las espaldas.

Guerreras se convierten
cuando flotan en la nada,
exploradoras del vacío
bajo las ranuras de los
capiteles, o escondidas de la borrasca.
Somos también como hojas.
ceñidas al tronco desde los primeros
dedos de la mano.
Con libertad de floemas rotos
hechos de sangre
esclavos de vientos invisibles.


De Matando segunderos (1998-2005) Iván V.

viernes, mayo 19, 2006

HABLAR DE AMOR

GUSTAV KLIMT - KISS


Digo que soy inevitable enamorado
El amor se vive en angustias eternas donde yacen las semillas de las formas
En la grieta vertiginosa del capricho

Digo que no puedo soportar la belleza
-Las imágenes-
Cada cosa se ensarta como un vendaval de plumas
en un esqueleto de miel
Digo que cuando el amor
está dormido
caigo en el absurdo.

Digo que intento entrenar para el vacío en el largo zaguán de la vida
Digo que me faltan ganas por que el amor me ausculta
Que del mundo solo la música me adviene

Hablo no más que del amor
(eso que no es de nadie ni de algo)
surtidor de los estómagos.


Del Libro Matando Segunderos (1998-2005) Iván Vargas.

jueves, mayo 18, 2006

POEMA HUMANO

Leonardo Da Vinci - hands

“Instrumento de tu cuerpo es también tu pequeña razón, hermano mío, a la que llamas espíritu, un pequeño instrumento y un pequeño juguete de tu gran razón”
Nietzsche, Así Habló Zaratustra.

Quiero ser un hombre perfectamente humano:
Carne, huesos, ojos contra el aire,
el movimiento de la calle,
la lámpara encendida,
la palabra dicha; simplemente.

Quiero ser lo suficientemente inteligente.
Es decir medianamente inteligente.
Abrir mi abrigo de carne y sacar
un tubo desde el pulmón.
Dejar entrar así la ráfaga de cada
sentido, en presencia de lo bello.

Quiero encarnar la naturaleza errante
y mongólica del tambaleante animal.
Golpearme contra los bordes del mundo
como una paloma ciega en al autopista.
El grito, como el adjetivo más bello
El concepto más lucido: saliva derramada.
La lágrima como el discurso más auténtico.
Mentira: escultora de lo real.

En la gracia de la suciedad salvaje
-elegancia fina-
hallarse inmerso
de repente en el mundo
de las hienas poéticas.
Las que tragan la carroña del mundo
y compiten con los buitres
del facilismo aéreo,
y los leones ebrios:
héroes del ridículo.


De Matando Segunderos(1998-2005) Iván Vargas

Lluvia de Rostros

Fotografía: Iris Colil Barra.


Una gota cae
pero no tiene tacto
pues su materia se desprende
de los párpados.
Otra baja por los tubos
(son las gotas viandantes de los aluminios).
Su misión: ser la arquitectura
de la oscuridad.
Hay otras, sensatas
-las meditabundas-
las que yacen cavilantes
en las hojas,
como escondiéndose, detrás de un biombo,
de un extraño calor.
Hay aquellas que tienen el valor de correr
sobre las mejillas, esas
son de viento,
son el centro
del alma
(recogidas en una mano trasparente
es como si empuñaran
el olvido).
Hay esas, que corren por el piso
-las terrenales-
como si temiesen caer
en un abismo
(aquellas que uno quisiera ver volar
cuando se pasea los túneles de las baldosas).
Pero hay más:
Aquellas que disfrazan los calurosos mediodías
con saliva.
Aquellas que se bifurcan en pliegues de fonemas
(las que nos nombran).
Aquellas que sonríen así
al verso,
a la escritura de frases mojadas
con el tintero de la boca
(al borde de la lengua
salen a encontrarse enamoradas de la lluvia).

Del Libro Matando Segunderos, 1998-2005

miércoles, mayo 17, 2006

CUADRO CON PAISAJE

Pierre August Renoir, Path Leading to the High Grass, aprox. 1875

Hay días tan frágiles tan frágiles
que se me llena la boca de tinta
y en las pestañas el aire se torna iridiscente

Tan frágiles a veces son los días,
me van dando golpecitos de paloma,
en cada esquina me voy atropellando.

Fragilidad que se tuerce y me rodea.
Con su airecito de escarcha,
de colores me tiñe,
Renoir me pinta con el aire.

Mi pecho se vuelve plastilina.
Algún niño invisible reside en mis costillas.
Con mis fantasías,
moldea figurillas la memoria infante.

Sobre mi, dando un gran salto,
salta un día frágil en mi cuerpo
me bordea con su aroma, y su chorro de visiones

Todo tiempo finito se extiende
en perfumes de mujer.
La fragilidad se disfraza de si misma.


De Matando Segunderos 1998-2005.

lunes, mayo 08, 2006

SER

Marc Chaggall, the juggler, 1945.
Cómo es de lindo resolverse.
Salir herido de la lucha.
De repente guardar el dolor
en el bolsillo para otra ocasión.
Encajar en el mundo,
despegarse de la contingencia.
Permanecerse, obnubilarse, perderse.
Iluminarse el alma con la luz que da en los ojos,
acertar una palabra en el espacio.
Cargar el cuerpo como se sostiene un sueño.
Privilegiar la soledad.
Nunca sentirse realizado,
siempre en el envase de lo extraño.
Encontrar lo misterioso.
Vivir los charcos, los perros, y las calles.
Saber cuando fracasar
Aferrarse sin adoctrinarse.

Que aventura esta de ser uno mismo
Sangre efervescente
permanente demencia del más allá.


De Matando Segunderos

viernes, mayo 05, 2006

PANÓPTICO

Claude Monet, The Red Kerchief


Supongo que para mirar debemos tener virtudes especiales
Cierto tacto en medio de la risa.
Cierta erupción de valentías que se esparcen el brazo.
Decir: hola y por fin prolongar esa alma de irreverencia y seguridad tantas veces autosusurrada, untada de palabra.
Supongo que se debe ser un trapecista idílico de los temblores en el cuerpo.
Un deportista del disimulo.
Tener coordinación en un momento en que las partes del cuerpo son como los granos de azúcar.
Supongo que se debe saber mirar con la vocación infranqueable de las lechuzas y sonreír sin evocar al tonto payaso de los circos gitanos.
Imagino que debe saberse la técnica de guarecerse debajo de los huesos.

De Matando Segunderos

domingo, abril 30, 2006

SENSIBILIDAD


Hojita blanca,

Hojita blanca,

Dime:

¿Quién es el hombre más sensible de la tierra?

- Eres tú.


- ¿En verdad?, repítelo, repítelo, te lo pido!!!

- Si... un perfecto imbécil de la experiencia





SE ME OCURRE LA VIDA

Dibujo: Los Amantes por Iván Vargas

¿Cómo puede ocurrírseme?
Que tu pudieses quizá ser mi primera amante: como si bajases dotada de un carácter especial, a arrebatarme del mundo de mi moral,
implicar un poro revolucionario que desestabilice mis corazas.
Que castigue, a golpes de temblores, mis resignados órganos, mi malsano aburrimiento, la grisácea contextura.
Arrancado de mis escepticismos de hombre eternamente melancólico, al fin agarrar algo de la vida con las palmas, pueden ser tus manos, pueden ser tus arrebatos de pasión, tu inteligente compañía clandestina entre sábanas y versos.
Lo sé.
Es solo una ocurrencia, ya se que te sorprendes, que la moción moral se adueña de tu lengua. Solo lo comento, un acto de fe, un eco inquieto que se ufana de su "nada que perder", de su delirante sonido que no teme parecer ridículo.
Pero ya que lo he dicho, lo completo: Que hermoso sería ser tu amigo erótico. Que conservemos nuestra privada y autómata otra vida, aquella en donde tu y yo somos seres conyugales, tan normales y prudentes.
Me olvidaré sanamente de que mi mujer existe en ese trono; te olvidarás también del hombre con el que convives; con-vives, contienes la otra vida, respiras en aquella estancia que llaman estabilidad, te introduces en los días idénticos, aceptables, serenos, intercambiables.
Qué bello es ser tu amigo: una profundidad buscada entre la piel, la forma verdadera de la amistad entre el hombre y la mujer. Pensar en ti como la voluntad del deseo, la inteligencia loca de nuestros cuerpos que se unen tan bellamente intemperantes; la emoción derramada sobre el ser, el ahogo inquietante de lo que pueda suceder con nuestros actos de amistad pura. Vivir el sentimiento con la mesura exacta de las aventuras; burlarnos del tiempo y el espacio, de la tradición que talla en las espaldas, los golpes imborrables de nuestra cultura, el paroxismo salvaje de nuestros temores inconscientes. Una mayoría de edad del cuerpo y del espíritu, el caos controlado, la sangre hecha carne. Lo sé... es solo una ocurrencia, un temible sentimiento religioso, metafísica barata... Quizá no seamos los indicados, quizá nunca aparezcan, consuelo de la idea... Finalizo el tema.

De “Matando Segunderos” (1998-2004) por Iván Vargas.

NORMALIDAD


No me haré más bueno por desear lo insólito
Ni me formaré en la gracia frágil de la virtud
Por querer siempre lo sublime
No seré bello por escribir sobre lo bello
Viendo hacia horizontes o a los muros
No seré más auténtico al vestirme con extraños objetos
O un personaje trágico por el hecho de ponerme una cortina
de Miles Davis, o un Schumann.
Ni seré Dionisos al pretender que mi mujer es una diosa que me permite las amantes que aun no tengo.
No seré un loco al pensar que tengo mis propios dioses, que soy un desterrado del Olimpo, y que pago mi condena en el país de la idiotez
Soy solo un aquél, o una figura quejumbrosa que apenas se distingue entre el mar de las piernas y los brazos.
Nadie sabe ya nada.
En últimas, habrá que asalariarse, y pagar los recibos de la vida.

del Libro: “Matando Segunderos” (1998-2004) por Iván Vargas.
Copyright

El Sentido de Ansiedad



“Qué sentido puede tener escribir todo lo que acontece en la experiencia? Ninguno. Pero si tiene sentido si se trata de la experiencia de la conciencia. En aquellas circunstancias que podrían parecer no tener ningún sentido se hallan aquellos eslabones que conforman una constante relación consigo mismo. El río de Heráclito no perdona, y es allí, en los días, donde cada mineral delicioso no existe sino sólo una vez. Seria necio intentar indagar acerca del por qué, las causas, la forma "definida" de pensamiento. Es quizá un ejercicio estoico, (como el de Adriano), simplemente existencial, o quizá la actividad de su persistencia (esa que aun mantiene viva la necesidad de seguir manteniendo Ansiedad, este libro de impresiones) se deba no más que al afán de relacionarse con la vida.” (ANS VII /16 ENE 02)